La mayoría de aficionados al futbol, son seguidores de un gran equipo, de esos que ganan títulos todos o casi todos los años. Lo más común, es tener como ídolos a las grandes estrellas del fútbol como Messi, Cristiano, Griezmann, Neymar… también suele admirarse más a los jugadores que juegan en posiciones ofensivas, es decir, los que meten los goles. Dando menos importancia y valor al resto de posiciones. Es una realidad que se ve reflejada en todos los factores del mundo del fútbol. Cada vez que se otorgan los premios a mejor jugador del año, el precio que los clubes pagan por los jugadores, el nombre del jugador que los aficionados eligen para poner en su camiseta…
En mi caso, soy aficionado del Leganés y mi ídolo es Unai Bustinza, que juega como defensa central y lateral derecho. ¿Y por qué él? Son varias las razones. Es un gran jugador que ha ido creciendo mucho durante las últimas temporadas y que sigue creciendo. Destaca por su gran entrega sobre el césped, luchando cada balón hasta el último centímetro del campo. Es un jugador capaz de meter la cabeza donde otros muchos no meterían el pie. Capaz de suplir sus carencias a base de esfuerzo. Un jugador con el que yo personalmente me identifico mucho, ya que, salvando las distancias, muchas de sus características me recuerdan a las mías cuando jugaba al fútbol. Yo jugaba también como defensa central (sin tener una gran estatura, lo cual es poco habitual en los jugadores que juegan en dicha posición) y como lateral derecho. Bustinza es un jugador con los pies en la tierra, que sabe lo mucho que cuesta jugar en Primera División. Sabe lo que es jugar en Tercera División, Segunda B, Segunda y Primera. Unai ha ido escalando categorías a base de trabajo y constancia, hasta llegar a la categoría más alta. Un jugador ambicioso y que no se conforma. Cuando le entrevisté, al preguntarle qué nota le pondría al año 2018 en lo deportivo, me dijo: “Le daría un aprobado. No sabemos dónde está el tope de cada uno. Poner una nota… habría que saber cuál es el 10 y a mí no me gusta poner el 10 porque al final eso es ponerte una barrerita. La nota es aprobado, te has marcado unos objetivos, los has conseguido pero el próximo año tienen que ser un poco más ambiciosos y ver si los consigues llevar a cabo o no”. Cuando le pregunté por el mejor momento de su carrera, me dijo: “Yo siempre digo que los mejores recuerdos son los más recientes. Me gusta quedarme con el último éxito que he conseguido, el haber ganado ayer la pachanga en el entrenamiento es el mejor recuerdo que tengo porque es el que más vivo tengo”. Lo cual refleja que es jugador con un gran carácter, que sabe lo importante que es el trabajo diario y que afronta cada entrenamiento como si fuera una final.
Llegó a Leganés en 2015 tras un año difícil en el que había disputado muy pocos partidos con el Athletic, y su primer año aquí tampoco fue nada fácil por culpa de las lesiones. Se hizo un hueco en el 11 del equipo disputando casi todos los partidos en el tramo final de la temporada donde se logró el ascenso a Primera División. Ya en la primera temporada del Lega en Primera, comenzamos a verle sobre el campo con más regularidad, y en momentos en los que quizás no tenía mucha continuidad, siempre que llegaba su oportunidad de jugar, cumplía con creces. Eso es algo que admiro mucho de él, ya que no siempre es fácil mantener la motivación y la confianza en momentos en los que no juegas todo lo que te gustaría. Me gustó mucho lo que él me dijo acerca de esto: “Son situaciones que hay que saber gestionar. Al final, a ese enfado que puede provocar el no jugar, hay que ver si puedes darle la vuelta y convertirlo en un arma que te ayude a ser mejor o si ese enfado te puede destruir”. En el caso de Bustinza, sin duda, supo darle la vuelta a la situación y en la pasada temporada, pese a jugar poco en los primeros meses y a la alta competencia que había en sus puestos, consiguió hacerse con un puesto fijo en el 11, siendo un jugador clave, elegido por la afición como el mejor del equipo durante tres meses consecutivos y como uno de los mejores de la temporada.
Es junto a Szymanowski, el único jugador de los que lograron el ascenso a Primera que permanece en la plantilla a día de hoy. A base de esfuerzo y superación, se ha convertido en un jugador importantísimo para el Leganés, siendo un referente como capitán en el vestuario y para toda la afición.
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Imagen del Real Madrid - Leganés de Copa del Rey en el Santiago Bernabéu. |